Las microalgas desempeñan un papel crucial en la prestación de servicios ecosistémicos clave. Contribuyen a diversos aspectos del bienestar humano y la sostenibilidad ambiental.
Las microalgas son conocidas por su rápida tasa de crecimiento, su capacidad para sintetizar productos valiosos como polisacáridos, proteínas y lípidos, y su papel en el mantenimiento de la biodiversidad marina y la mitigación de los gases de efecto invernadero. Además, las microalgas son esenciales en el ciclo de nutrientes, el suministro de hábitat y sirven como alimento para muchos organismos, destacando sus servicios de apoyo. Contribuyen significativamente a la producción global de oxígeno y primario, los ciclos biogeoquímicos, la regulación del clima y el suministro de alimentos, combustibles, ingredientes activos, medicamentos y recursos genéticos, lo que muestra su diversa gama de servicios ecosistémicos. En general, las microalgas son fundamentales para sustentar la vida en nuestro planeta y son activos valiosos para mantener el equilibrio ecológico y el bienestar humano.
Aproximadamente la mitad de la producción primaria neta y del oxígeno atmosférico del mundo son producidos por microalgas mediante la fotosíntesis. A pesar de esto, estos microorganismos sólo representan alrededor del 1% de la biomasa fotosintética mundial debido a sus rápidas tasas de renovación. En los lagos, la reserva permanente de microalgas es una pequeña fracción en comparación con los océanos, con una producción primaria neta estimada de 1 Pg C año-1, que representa aproximadamente el 2% de la producción de fitoplancton marino. Esto es significativo dado que los lagos cubren menos del 1% de la superficie de la Tierra.
A su vez, desempeñan un papel crucial en el reciclaje y la redistribución de elementos inorgánicos esenciales necesarios para sustentar la vida. Sirven como base de las cadenas alimentarias acuáticas y también impactan los ecosistemas terrestres. A través de interacciones con diversos microorganismos, las microalgas contribuyen significativamente al ciclo global de nutrientes. Sumado a esto, estos microorganismos cumplen un papel crucial en la producción de alrededor de la mitad del oxígeno de la Tierra, actuando como un «pulmón verde» vital para nuestro planeta y ayudando a mantener la calidad del aire en los ecosistemas. Todo esto es gracias al proceso fotosintético que se basa en la absorción de CO2 para producir biomasa.
La gente de África y Asia ha estado consumiendo microalgas como fuente de nutrientes y proteina durante siglos. En la década de 1950 se inició la búsqueda de fitoplancton como nueva fuente de alimento debido al crecimiento demográfico. Hoy en día, los estudios se centran en las microalgas por sus propiedades biológicamente activas. Entre ellos, los nutrientes como ácidos grasos, aminoácidos, carotenoides, vitaminas, enzimas, esteroles, minerales, clorofila y oligoelementos se pueden utilizar con fines comerciales, lo que genera interés en diversas industrias. Estos compuestos bioactivos tienen una amplia gama de aplicaciones, que incluyen productos farmacéuticos, nutracéuticos, producción de vitaminas, aditivos alimentarios, piensos para animales y cosméticos.